Desde que nacimos en 1992 en el País Vasco, en Himabisa distribuimos las joyas de esta compañía que se ha convertido en leyenda por sus revestimientos cerámicos, tan resistentes en cuanto a material como ingeniosos a nivel de diseño
Más de medio siglo avala a la compañía made in Italy: Florim se germinó en 1962 en el distrito cerámico de la provincia de Módena, reinventando el concepto de baldosa/azulejo que todavía hoy, en 2020, sigue trabajando desde su sede de Fiorano Modenese a pocos kilómetros de Bolonia. De hecho, para el equipo que conformamos Himabisa, este es justo el valor que nos lleva a proveer los materiales de la compañía en nuestro almacén de Barakaldo y en la tienda del centro de Bilbao, y que de normal conquistan a los clientes que nos visitan, ya sean arquitectos o interioristas.
“Sus acabados tan logrados no tienen nada que envidiarle a ninguna piedra natural, y presentan todas las ventajas de un cerámico: son resistentes y apenas pesan”. Lo explicaba hace un par de semanas Natalia Zubizarreta en el post del blog que le dedicamos a su estudio bilbaíno: la decoradora vasca se confiesa amante de Florim y, especialmente, de su marca Casa dolce casa-Casamood. En gran parte, y más allá de las ventajas técnicas, por su experimentación en el diseño, tal y como lo demuestra la línea de revestimientos Artwork para suelos y paredes, cuya superficie fusiona el terrazo veneciano con los patrones coloristas del grupo Memphis de los 80.
En Himabisa siempre disponemos de las 19 tonalidades de la línea Artwork (Casa dolce casa-Casamood).
Artwork también estuvo presente en uno de nuestros proyectos más importantes del 2019, que fue la flagship store firmada en Madrid por el interiorista-fundador de Code Studio, Diego Gómez. Él siempre acude a nuestra sede-almacén para ver cuáles son las novedades que Florim saca año tras año con su marca Casa dolce casa-Casamood, entre las que se subrayan las colecciones Neutra 6.0 y Sensi. Mientras que la primera utiliza mosaicos de vidrio a los que luego les aplica colores brillantes sobre un gres porcelánico muy fino, la segunda recrea la granulosidad de la tierra en un acabado sutil y minimalista.
A la izquierda, la colección Neutra 6.0. A la derecha, y recordando a la arena, Sensi viene diseñada de la mano del italiano Matteo Thun, autor prestigioso de muebles para Baxter o Artemide.
En Himabisa tampoco dejamos de lado otra de las joyas de la compañía italiana, sobre todo desde que la descubrimos por primera vez en la feria Cersaie de Bolonia: la línea Onyx&More se presentó el pasado septiembre justo en el recinto del evento, y nos sorprendió por una estética noble y rotunda. No solo eso: en el plano general, la colección conjuga la elegancia del mineral ónix junto a inserciones de pórfido (muy popular entre las rocas del antiguo Egipto) para evocar, a través de varios formatos, colores y espesores, la textura clásica del mármol.
Un efecto al que, a la vez, juegan de manera magistral las líneas de otras marcas de Florim, como la que ideó la diseñadora Cristina Celestino para Cedit, ganadora de los ELLE Deco International Design Awards (EDIDA) en este 2020. Policroma (así se titula la colección) imita una selección de mármoles que se han escogido de entre varias canteras italianas en vías de extinción. “Este material, que va siendo cada día más inusual, vuelve a revivirse aquí de una manera que no pretende reemplazar a la natural”, informan desde la web de la compañía, reflejando cuál es su filosofía global. Porque, en realidad, Florim quiere hacer de una voluntad mimética su modus operandi para el futuro.
La línea Onyx&More (Casa dolce casa-Casamood) se adapta a cualquier tipología de interiorismo, ya sea doméstico o contract.