Desde Barakaldo y Bilbao proveemos esta marca italiana por su valor propio: sabe cómo diseñar sistemas, herramientas y materiales de construcción para garantizar la resistencia en la arquitectura y los interiorismos
A primera vista, y en Himabisa siempre lo hemos creído, la historia de Kerakoll podría parecer de película: la fundó un veinteañero en 1968, en la provincia de Módena, cuando decidió producir en el garaje de casa una serie de adhesivos monocomponentes para un material como la cerámica. Sin él saberlo, estaba aunando química e ingeniería en un producto que, con los años, ha sido tecnológicamente pionero en el sector de la construcción y decoración: a fin de cuentas permitía aplicar gres porcelánico y piedras naturales sobre casi cualquier superficie de suelo o pared.
Hoy, además del carácter innovador que sigue siendo identidad de la casa, Kerakoll ha conseguido la sostenibilidad en todo lo que ofrece, desde adhesivos ecológicos y barnices al agua para el parquet, hasta pinturas naturales que se integran en cualquier reforma y rehabilitación (incluso de edificios dañados por la humedad). De hecho, a la hora de restaurar la Basílica de San Marcos de Venecia se confió en esta marca, del mismo modo que se hizo en el metro de Londres y Tokio, o en la construcción de obra nueva del Guggenheim de Bilbao, a escasos metros de nuestra tienda.
Con las soluciones de Kerakoll se pueden instalar todo tipo de revestimientos, asegurando su resistencia y durabilidad.
Estas razones son las que demuestran por qué en Himabisa trabajamos con Kerakoll casi desde que nacimos, lo cual también explica que nunca dejemos de ofrecer sus últimos lanzamientos. Como el Geolite, un mortero universal para la reparación monolítica del hormigón. O la línea Fugabella Color, una nueva generación de juntas híbridas (con tecnología de resina-cemento) cuyas 50 tonalidades constituyen una solución estética y decorativa para el rejuntado de baldosas, mosaicos y mármoles, con total uniformidad en el color.
Para juntas de hasta 20mm, Fugabella Color presenta una gama cromática que ha conceptualizado el mítico diseñador Piero Lissoni, colaborador habitual en marcas de mobiliario como B&B Italia y Knoll, o también Boffi y De Padova, de las que lleva años siendo el director artístico.
Sin duda, en la versatilidad está su clave. Es lo que opinan los albañiles del País Vasco que día a día acuden a nuestra sede-almacén en Barakaldo. Para ellos, la variedad de esta marca resulta una delicia porque, precisamente, el abanico de productos es integral: dispone de morteros naturales y transpirables destinados a enfoscados y saneamientos, sistemas minerales aislantes que favorecen el ahorro energético y muchas fórmulas para soportes de colocación (autonivelantes con tecnología HDE y preparadores orgánicos fluidos). A la vista está: con una larga historia a las espaldas, Kerakoll ha aprendido a superar cualquier límite en su apuesta por la especialización.